domingo, 3 de abril de 2011

Capitulo 6

Mientras corría me puse a pensar en Leslan. Aquel osito de peluche siempre estaba cuando lo necesitaba, me ayudó con las apariciones de mi hermana, cuando me desmayé estuvo en todo momento conmigo, porque al fin y al cabo eso es lo que hacen los amigos, se apoyan y se protegen unos a otros; aunque uno de ellos esté loco, como era mi caso. Yo había sido una mala amiga para Leslan, él siempre me ayudaba y solo quería lo mejor para mí, pero yo no paraba de contestarle mal, de dejarle tirado, como en aquel momento.
Él me había dicho que era mejor que me quedase en casa por si que me volvían los mareos  y era verdad, ¿qué me pasaría si ahora me volviesen los dolores? Estaba en medio del bosque, corriendo, sin nadie a la vista en un radio de siete kilómetro. Leslan tenía razón, ir a correr sola había sido una mala idea.
Empecé a reducir la velocidad hasta casi pararme cuando me tropecé con una piedra y caí al suelo. Había oscurecido y se podían observar las primeras estrellas brillando por lo que permanecí en el suelo. Supuse que no tenía más que un rasguño en las piernas pues podía mover las dos sin dolor alguno. Tenía gracia, así había conocido a Leslan. Lo recordaba perfectamente.
Tenía doce años y acababa de mudarme. Era la chica nueva del colegio y quería causar buena sensación así que busqué pruebas a las que apuntarme. Una de ellas, la primera y la que más me gustó fue atletismo. El lunes siguiente eran las pruebas y había estado corriendo durante todo el fin de semana, superando mis records personales. Tenía todos los boletos para ganar y entrar en el equipo de atletismo.
Llegué prontísimo al colegio, me dirigí al estadio y no paré de correr hasta las doce, la hora de las pruebas. Me había perdido las clases pero no me importaba.
A la hora acordada todos los participantes comenzaron a llegar, hasta que vino el señor Saunders y todos nos pusimos en nuestras marcas listos para correr.
Antes de que dieran el pistoletazo de salido miré a mis compañeros pero nadie me llamó la atención excepto el chico que tenía al lado. Sabía que se llamaba Leslan, pues las chicas que tenia al lado no paraban de hablar sobre él. Era altísimo, moreno y tenía los ojos más bonitos que había visto nunca.

-Hola-me dijo.

Sonreí como una idiota, lo cual me despistó cuando dispararon la pistola que nos daba la salida. Todos habían salido y yo seguía ahí parada. Para cuando me di cuenta, el resto me sacaba mucha ventaja pero yo corrí con todas mis fuerzas; no había estado entrenando todo el fin de semana para nada. Y si me quería hacer un hueco en el colegio necesitaba quedar la primera de las chicas, cosa que veía muy difícil. Leslan iba en cabeza con un ritmo muy rápido, tenía la plaza asegurada.
Adelanté a las chicas más rezagadas que aún llevando solo dos minutos corriendo ya estaban rojas. Corría y corría y seguía adelantando a gente hasta que tropecé con el cordón del zapato que se me había soltado. Caí al suelo y por más que intentase levantarme no podía. Me había retorcido el tobillo. Todos me adelantaron y el señor Saunders me gritó que no me moviera que solo faltaba una vuelta para que se acabase la carrera. Él no podía entrar en la pista sino haría que algunos corredores bajasen su marca. Me quedé ahí esperando con el tobillo retorcido, echa un ovillo mientras veía corredores adelantándose unos a otros.  
Estaban todos menos uno, Leslan. ¿Dónde se había metido? ¿Había ya acabado al carrera? Eso era imposible, yo me había tropezado cerca de la línea de meta y él no había pasado por ahí. Entonces entre suspiros alguien me dijo:

-¿Estas bien?

Era él. Leslan. Todavía no había acabado al carrera sin embargo se había parado a ayudarme. Yo asentía en señal de estar bien. El señor Saunders  no paraba de gritar a Leslan que volviese a correr, que iba a perder su plaza pero él en vez de continuar corriendo me ayudó a levantarme y juntos fuimos a la enfermería.
Por el camino ninguno hablamos pero cuando llegamos la enfermería no pude soportarlo más.

-¿Por qué te has parado? Ibas ganando y tenías la plaza asegurada y…
-Da igual, es solo eso, una plaza. Tú necesitabas ayuda y yo te ayudé. Siempre te ayudaré, tenlo en cuenta.

Al principio me resultó muy raro, ¿nos acabábamos de conocer y me iba ayudar siempre? Pero así fue. Una semana más tarde nos apuntamos a las pruebas yo de animadora y él de rugby y ambos lo conseguimos. Así comenzó nuestra amistad, incluso entonces Leslan me ayudaba.

5 comentarios:

  1. Hola Irina, me ha gustado muchísimo el capítulo, ya me gustaría a mi tener un amigo como Lelan, la mayoría de los chicos que conozco, son tontos perdidos. Me pareció mui bonito q se parara para ayudarla, QUIERO UN LESLAN!!! xD. Espero q publikes muy pronto. Un beso.
    Bianca

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  2. Ay... QUE BONITO!! en mi instituto te caes y están veinte años riéndose de la caída xD Eso no lo hace cualquier persona... que mono.
    La verdad es que se conocieron de una forma un poco vergonzosa para ella, pero desde fuera se ve muy bonito jeje

    Besoos :)

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  3. me encanta, aunqe no comente la leo, lo digo x lo q me pussistes en mi blog lol :) kissis

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  4. Irina! ;P
    Cada vez me cae mejor Leslan. Es el apoyo que todos queremos, que siempre esté cuando más lo necesitamos para lo bueno y para lo malo...
    Se ve que es muy buena persona y que no abandonará a Terri, ahora que ella lo está pasando mal...
    Se han conocido de una forma diferente de lo notmal, pero muy dulce y su amistad parece verdadera. Espero que Terri descubra pronto el por qué de la situación que está viviendo...
    Muchos Besoss! ;)
    ~~AndRea~~

    PD: Por cierto, ya publiqué en mi blog después de siglos de abandono... jajaja

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